Como Directorio Nacional de CONFEDEPRUS, esta semana dimos cuenta a las federaciones que componen esta organización de los 7 meses de gestión, lo anterior dentro del espacio de la Segunda Asamblea Nacional Ordinaria con la que cerramos el presente año luego de nuestro Congreso Nacional desarrollado en noviembre pasado. Instancias de encuentro, debate y definición que nos permiten articularnos internamente y fortalecernos como gremio, en escenarios y contextos tan complejos como el actual. Temas como la defensa activa de las y los profesionales de la salud en la Mesa del Sector Público y la postura sostenida en la Mesa de Carrera, basada en principios sindicales intransables en base a los cuales la Asamblea resolvió rechazar de manera clara e inapelable el anteproyecto de nuevo modelo de carrera presentado por el Ministerio de Salud, al no responder a las necesidades del sector ni a las definiciones adoptadas en el trabajo previo, dan cuenta de este compromiso, junto con nuestra disposición permanente al diálogo efectivo y fructífero para insistir en la búsqueda de vías políticas que permitan modificar el actual anteproyecto, en coordinación con las demás organizaciones del sector.
Nuestra organización, CONFEDEPRUS, ya tiene 7 años a lo largo de los cuales ha sido construida desde sus bases y gracias al trabajo de todos y todas quienes creen en la defensa de derechos fundamentales de la población, como es de la salud, lo cual implica también la defensa de los derechos laborales de quienes la sostienen y la hacen posible, como son sus trabajadores y trabajadoras. Conceptos y principios como estabilidad laboral y trabajo decente son parte inherente de esta defensa, así como no seguir precarizándola bajo la excusa del control del gasto, por lo que esperamos que el gobierno aumente significativamente el presupuesto para Salud, asegurando una distribución eficiente y directa de recursos hacia los establecimientos públicos, junto con el reconocimiento de la deuda hospitalaria y una inyección de recursos suficientes para cerrar adecuadamente el año 2025, así como también solicitamos a las y los parlamentarios su compromiso con la ciudadanía y con el equipo de Salud, asegurando que el presupuesto 2026 otorgue los recursos financieros necesarios para garantizar el derecho a la Salud, la continuidad de la atención y condiciones laborales dignas para quienes sostenemos la salud y la vida de millones de chilenos y chilenas.
Dentro de este panorama, sin duda que la cohesión interna es fundamental para enfrentar desafíos siempre difíciles, pero que por lo mismo requieren de fuerza y convicción para seguir defendiendo la salud pública y los derechos laborales de las y los trabajadores del sistema, y en ello nuestra capacidad de organización debe seguir siendo una de nuestras fortalezas al momento de enfrentar escenarios como el de la discusión presupuestaria, proceso durante el cual se define y despacha finalmente la ley que, al menos en el mensaje presidencial del 30 de septiembre pasado, tendrá sus prioridades en temas de derechos humanos fundamentales, entre ellos el derecho a la Salud. Esto, junto con la necesidad de reforzar nuestras luchas ante un panorama electoral que presenta riesgos en caso de ganar aquellas posturas que representan una amenaza para los derechos obtenidos, lo cual nos obliga a potenciar nuestra capacidad de movilización en las calles, articulando nuestras fuerzas con otras junto a las cuales compartimos estas luchas por un país más justo para todos y todas.
