EDITORIAL: Estabilidad y propiedad del empleo, principios irrenunciables para un nuevo modelo de Carrera Funcionaria
La semana pasada, nuestro gremio llevó a cabo la primera asamblea del nuevo Directorio Nacional, en la que se abordó el estado de avance de las negociaciones sostenidas con el gobierno en relación a Carrera Funcionaria, tema en el cual como CONFEDEPRUS hemos venido solicitando una implementación que garantice a los trabajadores y las trabajadoras de la Salud el ingreso a la planta de funcionarios públicos, buscando asegurar el acceso a cargos a través de un proceso transparente y competitivo que permita la promoción a cargos de mayor jerarquía, de manera tal que los funcionarios y las funcionarias puedan avanzar en su trayectoria profesional accediendo a cargos de mayor jerarquía y responsabilidad, así como asegurar la estabilidad en el empleo protegiendo a los trabajadores y trabajadoras de la arbitrariedad en los procesos de contratación y despido y la evaluación objetiva del desempeño de los funcionarios y las funcionarias considerando su capacitación, experiencia y logros, junto con una mejor retribución por el trabajo realizado a través de un sistema de remuneración que recompense la calidad y el desempeño.
Lo anterior, con el convencimiento que el impacto de la implementación de una Carrera Funcionaria bien definida puede generar mayor motivación e interés en los funcionarios, impulsando el compromiso con la institución y el desempeño de sus funciones, contribuyendo a mayor eficiencia en la administración pública al asegurar que los mejores profesionales ocupen los cargos de mayor responsabilidad, así como también mayor equidad e igualdad de oportunidades para todos los trabajadores y trabajadoras en el acceso a la planta y la promoción a través de procesos transparentes.
Como dirigentes y dirigentas de la Salud Pública de Chile, conocemos de sobra que los procesos de negociación muchas veces están llenos de mesas cojas y que las reuniones se eternizan con más estancamientos y retrocesos que avances reales, como estrategias dilatorias que sólo demuestran la poca o nula voluntad política para cumplir los compromisos. Sabemos de ello, sin embargo nos extraña que un gobierno que se dice progresista, a favor de los derechos sociales, laborales y que se ha declarado feminista, no esté dispuesto a honrar su palabra con los trabajadores y en especial las trabajadoras de la Salud Pública, considerando que es un sector altamente feminizado, con más del 75 % de su dotación compuesta por mujeres. Equipos de trabajo que, poniendo en riesgo su salud física y mental, redoblaron esfuerzos para tratar de contener una pandemia que cobró la vida de decenas de miles de chilenos y chilenas, incluyendo las de varias trabajadoras y trabajadores que cuidaban, precisamente, las vidas de la población, debiendo hacer frente a la realidad de desmantelamiento y precarización que arrastra nuestro sistema público.
Por ello, las y los profesionales de la Salud Pública merecen que sus derechos en relación con sus condiciones laborales sean respetados, debiendo garantizárseles un desarrollo integral, activo y permanente que asegure una Carrera Funcionaria digna, con titularidad, estabilidad y propiedad en el empleo, porque el sistema público de Salud requiere que la promoción y ascenso de sus trabajadores y trabajadoras se haga de manera clara, para otorgar estabilidad funcionaria y la posibilidad de optimizar la situación laboral en virtud de los méritos y la antigüedad de cada trabajador o trabajadora, mejorando el funcionamiento de la red asistencial y, con ello también, la atención al 80 % e los usuarios y las usuarias que se atienden en el sistema público.