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EDITORIAL: Herramientas y experiencias para fortalecer nuestras luchas

EDITORIAL: Herramientas y experiencias para fortalecer nuestras luchas

Durante nuestra primera Asamblea Nacional Ordinaria realizada en abril en Los Ángeles, uno de los puntos expuestos en la plenaria luego del trabajo en grupos sobre la definición de estrategias para abordar nuestra demanda de Carrera Funcionaria tuvo que ver con la percepción que existe, entre algunos y algunas de los/las integrantes más jóvenes de nuestra organización, de la relevancia que poseen ciertos temas para los y las trabajadores/as de la Salud Pública. Esto, en un contexto generacional y sistémico de disgregación social y falta de colectivismo, dentro del cual muchas veces tienden a predominar, de manera inconsciente, aspectos que más tienen que ver con el bienestar personal que con el grupal, dejando de ver a la sociedad como un organismo vivo, cuya salud depende de la calidad de vida que sus componentes puedan o no tener en base a los determinantes sociales que inciden directamente en poder disfrutar de un buen vivir como derecho humano fundamental.

En esta línea, la experiencia reciente de nuestra tercera versión de la Escuela Sindical CONFEDEPRUS nos dejó una señal potente y clara respecto de lo necesario que resultan este tipo de instancias de formación dirigencial, altamente valoradas por quienes participaron de ella, relevándola como un espacio de traspaso no sólo de herramientas técnicas para la negociación o la movilización, sino también de las experiencias y reflexiones de quienes comenzamos este camino como confederación hace ya casi 5 años, de manera de fortalecer la identidad de nuestros nuevos líderes y lideresas sindicales y su formación mediante la interiorización de la historia del quehacer sindical y el rol del sindicalismo en la construcción social, adquiriendo herramientas y conocimientos para la defensa de los derechos laborales de nuestros socios y socias y así distinguirse en su rol social como sujetos políticos, siendo actores principales en la construcción de un buen vivir para todos y todas.

El ser dirigente o dirigenta no es algo que se enseñe en alguna institución. Es un oficio que se va aprendiendo a través de la entrega de conocimientos y experiencias, pero también y de manera muy importante, a través de la experiencia propia cuando se va a una marcha, cuando hay que hablar con el director por algún problema o recibir al primer socio o socia. Se trata de la formación de conciencia, porque a partir de la falta de ésta se pierde la lucha y retrocedemos. Por ello, debemos ser agentes de cambio y abrir camino para que los que vienen continúen la senda, teniendo continuidad de nuestros principios y valores como una organización inserta en la sociedad, desde la cual poder avanzar para transformar, para generar cambios que quizás no veremos nosotros, pero sí futuras generaciones. Esto requiere de una cohesión interna en nuestros propósitos y objetivos que vaya más allá de lo generacional para evitar la fragmentación, de manera que este desarrollo se produzca para fortalecer -y no debilitar- los objetivos de nuestras luchas y metas propuestas en nuestra carta de navegación, como es la plataforma reivindicativa de CONFEDEPRUS, avanzando hacia una Carrera Funcionaria y la propiedad del empleo público, de manera de fortalecer la Salud Pública y la atención de sus usuarios y usuarias como uno de nuestros objetivos centrales.

La lucha colectiva ha sido la única forma en que se ha logrado generar cambios sustanciales para todos y todas, llamados a ser agentes de cambio, actores con voz, que es lo que desde un comienzo pusimos como objetivo cuando nacimos como gremio. Para ello, necesitamos de dirigentes y dirigentas con voz, encargados de conectar las experiencias de los que vienen más atrás, como herederos de este legado que debe ser compartido con nuestros compañeros y compañeras más nuevos y así poder generar conciencia, sentido de pertenencia y de unión en torno a propósitos comunes y superiores a cualquier diferencia, ya que la desunión nos despotencia y nos derrota. Esto, a su vez, requiere de nuestra presencia en la calle a través de la movilización, que es el espacio histórico que ha ocupado el sindicalismo y que retomaremos este 8 de julio en vista del nulo avance de la mesa de trabajo instalada con el ministerio de Salud sobre Carrera Funcionaria, demandando que se recojan las principales demandas vertidas por nuestro gremio junto a otros en esta materia. Con la fuerza y compromiso de todos y todas, podremos ir siempre por más.

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