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EDITORIAL: La Seguridad Social es protección para la población

El pasado martes estuvimos junto a diversas organizaciones y la CUT en el Congreso Nacional de Valparaíso, movilizados para manifestarnos en contra del proyecto de ley, presentado e ingresado por el Ejecutivo, que recorta las licencias médicas de los trabajadores y las trabajadoras del Estado, esto a raíz del uso fraudulento detectado por Contraloría correspondiente a una minoría de funcionarios y funcionarias y que en el área de la Salud Pública se traduce en un porcentaje mínimo en comparación con quienes sí trabajan con vocación y compromiso para la seguridad y protección de la población.       

El año pasado, la Seguridad Social en Chile cumplió 100 años, conquistada como derecho gracias a la lucha de los trabajadores y las trabajadoras a lo largo de nuestra historia para mejorar sus condiciones laborales y de salud, aspectos básicos que les permitan poder garantizar derechos sociales y humanos fundamentales para el bienestar de la población. Durante el siglo XIX, nuestro país vivió una serie de cambios sociales y políticos que empeoraron las ya débiles condiciones laborales y salud de la población, exponiendo a los trabajadores, las trabajadoras y sus familias a situaciones de vulnerabilidad y pobreza. Esto llevó a que en 1924 Chile fue el primer país de América Latina en establecer un programa de Previsión Social, consistente en un sistema de Reparto financiado con aportes del empleador, recursos estatales y un porcentaje del sueldo de los trabajadores (as). Estos recursos iban a un fondo común con el cual se financiaban las diferentes prestaciones que el sistema otorgaba.

El elemento central de este modelo era la solidaridad, un concepto de sociedad como un organismo vivo cuya salud dependía en medida fundamental de las relaciones entre sus componentes, desarrollándose nuevas instituciones e instrumentos para su crecimiento y profundización. Sin embargo y fundamentalmente a partir del golpe de Estado y la implantación de la dictadura, el paradigma cambió desde una concepción de bien común hacia el bien individual, desde ciudadanos con derechos a clientes funcionales a un modelo neoliberal de mercado en el cual el afán de lucro reemplazó a la solidaridad y responsabilidad social como directrices orientadoras.

¿Qué derechos están asociados a la Seguridad Social? En Salud, el acceso a servicios preventivos, curativos y de rehabilitación, incluyendo atención médica, hospitalización y medicamentos. En pensiones, protección económica en la vejez, invalidez y para los sobrevivientes en caso de fallecimiento del trabajador. Ante el desempleo, apoyo financiero para quienes pierden su empleo de forma involuntaria. En situaciones de invalidez, protección económica en caso de incapacidad laboral permanente. Para la maternidad y paternidad, licencias y subsidios para padres y madres durante el embarazo y el periodo de cuidado del recién nacido. Así también, ofrece cobertura de gastos médicos, indemnizaciones y pensiones en caso de accidentes o enfermedades derivadas del trabajo por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, al igual que apoyo a las familias a través de subsidios, asignaciones familiares y otros beneficios.

Por ello, es importante defender estos derechos a partir de la defensa y protección del empleo público y de las condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras que se desempeñan en beneficio de los derechos sociales y humanos fundamentales de la población.   

Camila Fuentevilla: «No estamos disponibles para que ninguna reforma pase a llevar nuestros derechos laborales»

  • Presidenta de CONFEDEPRUS se refirió a proyecto de ley que modifica el Subsidio de Incapacidad Laboral, durante movilización con sus Federaciones, otros gremios y la CUT frente al Congreso Nacional de Valparaíso

Durante la mañana de ayer martes CONFEDEPRUS, junto a sus Federaciones, la Central Unitaria de Trabajadores y Trabajadoras (CUT), organizaciones de la Mesa del Sector Público (MSP) y gremios de la salud, se movilizaron frente al Congreso Nacional de Valparaíso contra el proyecto de ley que modifica el Subsidio de Incapacidad Laboral, iniciativa que fue presentada por el Ejecutivo sin consulta previa ni diálogo con el mundo sindical, representando un retroceso en derechos laborales al dejar sin remuneración los dos primeros días de licencia médica por enfermedad o accidente común y que se comenzó a estudiar el día martes 12 de agosto en la Comisión de Salud del Senado.

En la ocasión, el Vicepresidente de Comunicaciones de la CUT, David Acuña, señaló que “no vamos a permitir que el Estado haga caja con los trabajadores, las trabajadoras y sus derechos. Este no es un proyecto que proteja a los trabajadores, las trabajadoras o que venga a regular las licencias médicas cuando son mal utilizadas, es un proyecto de ley de ahorro fiscal que le mete la mano en el bolsillo a los trabajadores y las trabajadoras enfermos/as para hacer caja y no lo podemos aceptar, porque viene a precarizar la seguridad social en nuestro país. Es un proyecto macabro que ataca no sólo al mundo público, sino también privado. No podemos permitir que siga avanzando, por eso debemos seguir en las calles, no podemos permitirnos retrocesos, el Congreso no puede legislar a nuestras espaldas, por eso llamo a la unidad en la acción para seguir avanzando hacia un paro nacional el 3 de septiembre hacia mejores condiciones laborales”. 

Por su parte la presidenta de CONFEDEPRUS, Camila Fuentevilla Maturana, señaló que “desde nuestro gremio manifestamos el rechazo a este proyecto de ley que modifica el subsidio de incapacidad laboral y reiteramos nuestra demanda para que sea retirado, porque criminaliza el derecho a enfermarse, lo que hemos avanzado durante años respecto al derecho a la salud, a la recuperación de éste y a lo que todo trabajador o trabajadora necesita a lo largo de su vida laboral. No estamos disponibles a seguir tolerando este avance neoliberal del gobierno, que implica retroceder en la construcción de la seguridad social que históricamente ha sido construida gracias a la lucha de trabajadores y trabajadoras”.

“Como organización vamos a seguir manifestándonos, porque no estamos disponibles a que la modernización del Estado sea a costa de los trabajadores y las trabajadoras, a que ninguna reforma al empleo público pase por reducir nuestras remuneraciones y precarizar nuestras condiciones o derechos laborales.”

Apoyo parlamentario

Durante la jornada, diversos parlamentarios/as entregaron su apoyo a la solicitud de retiro del proyecto de ley, como el diputado Andrés Giordano, quien señaló que “en la bancada del Frente Amplio no hay matices, nosotros no vamos a aprobar ningún proyecto que ponga en duda los derechos aborales de las y los funcionarios del sector publico y de ningún trabajador o trabajadora de Chile. No podemos permitir que se juegue con la seguridad social y que por los abusos de una minoría de los funcionarios se castigue a todos quienes día a día hacen su pega de manera honrada y que sostienen los servicios públicos de este país. No vamos a permitir que se implemente una agenda sin la participación de los trabajadores y las trabajadoras”.

Por su parte, el diputado Luis Cuello indicó que “esperamos que este proyecto no avance, porque vulnera un derecho adquirido de los trabajadores y las trabajadoras, como es a enfermarse. La función pública debe tener garantías de estabilidad, nosotros presentamos un proyecto de ley que lleva la confianza legitima a rango legal y hago un llamado al gobierno a que dé soluciones que entreguen estabilidad laboral, que no dependa de un criterio variable de la Contraloría o tribunales, se requiere de reglas del juego claras y es importante avanzar en esa dirección”.

Finalmente, la diputada Camila Musante señaló que “quiero saludar a los trabajadores y las trabajadoras de la Salud de CONFEDEPRUS que hoy están presentes y que tiene una demanda muy legitima, como es no retroceder en derechos laborales, algo de toda justicia porque no puede ser que terminen pagando justos por pecadores. Nadie está a favor de la mala utilización de las licencias médicas, pero tampoco se pueden establecer medidas que signifiquen retrocesos laborales, sobre todo a ustedes que son quienes nos cuidan cuando más lo necesitamos, por lo que esperamos que el Senado dé un respuesta que esté del lado de los derechos laborales”. 

EDITORIAL: A un año de la ley Karin

Hoy se cumple un año desde la entrada en vigencia de la Ley Karin, la que fue diseñada y aprobada para cambiar las relaciones laborales de modo de prevenir, investigar y sancionar el acoso laboral, sexual y la violencia en el trabajo. Dicha legislación, que modificó el Código del Trabajo y normas laborales en el sector público, no ha estado exenta de complejidades en su implementación, observándose diversos problemas y desafíos pendientes, principalmente relacionados con las demoras que ha habido para adaptarse a esta nueva legislación. 

Desde Confedeprus valoramos la entrada en vigencia de esta ley, ya que representa un avance respecto del enfoque más bien reactivo que existía ante el conflicto, el cual ahora está centrado en la prevención, obligando la normativa al empleador a hacerse cargo del acoso y la violencia en el trabajo, debiendo investigarla para determinar responsabilidades y sanciones. Sin embargo, es en su implementación en donde ha habido trabas, señalándose como una de las principales la falta de recursos con que la Dirección del Trabajo y las instituciones públicas han debido hacer frente a la gran cantidad de denuncias presentadas por acoso laboral. Es por ello que el pasado 11 de junio junto a la diputada Ana María Gazmuri ingresamos diversas indicaciones de modificación a esta ley, para que se vaya acomodando a la realidad que estamos viviendo en el sector Salud, donde las denuncias han ido en aumento y no tenemos las resoluciones necesarias, siendo necesario que se incorpore a los gremios en la elaboración y ejecución de los protocolos.

Lo anterior ha generado un retraso en la resolución de casos, promediando entre 4 a 6 meses, muy lejos de los 30 días que por ley se exige para resolver las denuncias, lo cual afecta la eficacia del sistema toda vez que el trabajador o trabajadora que decida presentar una demanda tendrá la acción caduca, generando un impacto negativo en las expectativas respecto a la resolución del conflicto. Situaciones que, especialmente dentro del sector Salud, afectan principalmente a mujeres, quienes lo componen de manera mayoritaria y que han presentado la mayor cantidad de denuncias, lo cual evidencia su mayor vulnerabilidad en el mundo laboral. Una realidad que nos toca enfrentar habitualmente y que afecta fuertemente las condiciones de trabajo decente que demandamos a la autoridad, en materias que tienen que ver con la honra de las personas y sus familias, así como la integridad física, psíquica, sin que ello deba significar que bajen las contrataciones de trabajadoras o sus desvinculaciones para evitar este tipo de conflictos, debiendo actuar ante este tipo de hechos de manera preventiva.

En definitiva, a un año de la entrada en vigencia de la Ley Karin aún persisten desafíos para su implementación, además de efectuar actividades de orientación, sensibilización y capacitación dirigidas a todos los trabajadores y trabajadoras, porque no basta con dictar los reglamentos o establecer los procedimientos si no hay una tarea de divulgación de cuáles son las obligaciones de los trabajadores y el tipo de conductas que están prohibidas por la ley.

Esto, dentro de la materialización de una parte del Convenio 190 a través de esta normativa, la cual nuestro país ha suscrito y que debe cumplir de manera cabal.