El año que recién acaba de finalizar cerró con el rechazo de la ciudadanía a la propuesta de Constitución, con lo cual la discusión por una nueva Carta Magna queda pendiente para poder tener, finalmente, reglas del juego elaboradas de manera consensuada, dando respuesta a las demandas de millones de chilenos y chilenas en temas como la salud como derecho social, junto con otros como los de las mujeres, laborales, etc. Tiempo en el cual como organización sindical deberemos seguir trabajando por avanzar en nuestras luchas, gracias a las que se ha podido mantener lo alcanzado, sin retroceder, lo cual claramente no es suficiente.
Sin duda que dentro de este escenario la tarea no es fácil, puesto que sabemos que son luchas desgastadoras que muchas veces no permiten avanzar como quisiéramos. Sin embargo, y por lo mismo, también son luchas irrenunciables, que deben ser abordadas con la misma convicción de siempre, por una salud pública digna, universal y de calidad, con derechos laborales para sus trabajadores/as en el marco de un país más democrático, justo, diverso y tolerante. Lograr cambios de fondo para conseguir mayores niveles de justicia social ha sido siempre una tarea enorme, puesto que se deben enfrentar fuerzas muy poderosas a todo nivel, que son las que manejan y controlan la situación a su favor y en beneficio propio a costa de millones de chilenas y chilenos. Conseguir avances puede significar años, décadas, de lucha, siempre con el riesgo de retroceder en estas conquistas.
Para ello, es imprescindible la articulación y el trabajo conjunto con otros gremios, tal como lo hemos venido haciendo como parte integrante de la MSP, ya que es en esta unidad en la que fortalecemos estas luchas. Del mismo modo, resulta también fundamental el avance de los temas pendientes en mesas de trabajo con el gobierno que den frutos y no reuniones estériles en las que se sigan estancando aquellas materias que son relevantes para el trabajo decente de nuestros y nuestras profesionales de la Salud, las que abarcan las condiciones laborales principalmente en dotación, remuneraciones, asignaciones, cuidados infantiles, seguridad, carrera funcionaria, incentivo al retiro, mejoramiento entorno laboral y sistema y modelo de salud, entre otras. Aquello es fundamental para el fortalecimiento de la Salud Pública y una buena atención a los millones de chilenas y chilenos que se atienden en ella.
Desafíos que nos impulsan a seguir creciendo y luchando por estos objetivos, que son los de todos y todas que demandamos la garantía de derechos sociales fundamentales y que, hasta ahora, aún siguen desprotegidos y a merced de un sistema que pretende seguir manteniéndolos como mercancías, sin un acceso universal a ellos, sino restringiéndolo solo a quienes puedan pagar por ellos.