Leonardo Beltrán, director base Apruss San Borja
NO existe otra forma precisa de calificar el crimen cometido con el incendio del Hospital Clínico San Borja Arriarán. Absolutamente coherente con el prontuario acumulado, en su gestión de la pandemia, por este gobierno amante del lucro y del mercado neoliberal, de criterio anti popular. Algo similar se puede juzgar de varios gobiernos anteriores de la ex “Concertación de partidos por la democracia”. Así lo testimonian las declaraciones y reflexiones de muchos de los que trabajamos en dicho recinto durante toda una vida y que hemos sido testigos y protagonistas de la lucha por defender la salud pública y nuestros propios establecimientos.
Después de reflexiones e intercambios de los 5 dirigentes de la Asociación de Profesionales Universitarios de la Salud (APRUS) del Hospital San Borja Arriarán, se planteó en general que al menos debiésemos exigir que en primer lugar se comprometa y publique por parte de las autoridades la decisión irrevocable de reparar el establecimiento, así como la seguridad de que todos los y las funcionarios/as seguirán siéndolo hasta que se repare el Hospital sin lesionar sus derechos, y que se realicen las investigaciones y sumarios pertinentes y se asuman las responsabilidades de tan negligente y criminal comportamiento respecto de la mantención y seguridad de pacientes y funcionarios.
El presidente de la APRUS, manifestó lo siguiente:
“Voy a ser bien claro. Esta dirección con su equipo directivo la ha sacado barata. Si hubiese habido solo una muerte de un paciente o funcionario la demanda civil por cuasi delito habría sido lo menos complejo demandado en contra de ellos. Digo esto porque el hecho del incendio es sólo por falta de precaución y mantención adecuada del establecimiento.
Nos han hecho trabajar en condiciones inadecuadas e inseguras durante mucho tiempo, durante toda la pandemia. Una enfermedad mortal y con gran probabilidad de secuelas. Un ejemplo ha sido, en esta pandemia, el no ocuparse de brindar un ambiente adecuado de trabajo por la falta de renovación del aire, que recircula por todas las dependencias del CDT. Esto fue minimizado por el equipo directivo y abrieron todas las dependencias del CDT e incorporaron más gente de las que ellos anunciaron que iban a contener. Esa es la mirada sin preocupación de otorgar las condiciones de un trabajo seguro y eso a pesar de denunciarlo, finalmente permitimos que sucediera.
Denunciamos que no existiera una escalera externa de evacuación y sabemos que si el incendio hubiese tomado el 5° piso, se mueren todos los pacientes y los funcionarios. Sabíamos que los generadores no respondían al momento de los cortes de energía generando la consecuente afección a las unidades de paciente crítico por los Ventiladores Mecánicos y sus equipos de apoyo.
Lo que no podemos permitir es que los funcionarios vuelvan a trabajar si las condiciones de seguridad no están resueltas. Esto implica a lo menos:
1.- El mea culpa y asumir las responsabilidades por parte de la dirección y su equipo directivo, por la desatención de un trabajo seguro.
2.- Informe oficial de bomberos.
3.-Cautelar las funciones de todos los funcionarios que refuerzan y reforzarán en otros establecimientos.
4.- Exigir un plan de mejoras no solo de lo que provoco el siniestro, sino de todos los elementos de mantención y aseguramiento de las instalaciones e infraestructura, que no se han realizado y que hemos denunciado por años.
Si el HCSBA debe trasladarse a otro edificio (p.e. el H. Metropolitano) por 1, 3, 6 meses o un año, debe hacerse hasta que resuelvan todas las condiciones de infraestructura para un Hospital Seguro y eso debe ser parte de un informe del Ingeniero de prevención y del Comité Paritario. Los gremios Debemos unir fuerzas e y exigir a los directivos.
Fuerza y a mantener la unidad, porque nuestros funcionarios dependen ahora más que nunca de la lucha unitaria”.
Nos preguntamos, ¿cuántos otros establecimientos están en la misma espera de una catástrofe anunciada?
Los planes de desmantelar el sistema público de salud, siguen siendo intentados por los neoliberales. Su objetivo final es transformar los hospitales en empresas, les llaman “autónomas del Estado”, para minimizar en la percepción de los chilenos la catastrófica pérdida que eso les significará, a la gran mayoría, que sufre de la exagerada brecha o desigualdad entre ricos y pobres, que es consecuencia de la mercantilización y privatización de todo el que hacer, incluido el de la salud. Resultado de un Estado Subsidiario.
La consecución de una nueva Constitución para Chile debe desechar el Estado Subsidiario por un Estado popular de derechos y solidario. El camino que haremos para lograrlo será más largo de lo esperado, si es que no actuamos como dueños de nuestras riquezas, de nuestro futuro y de las reglas económicas y políticas que nos rijan. Ya no es tiempo de pedir, ni de engaños, es tiempo de obligar a esta casta criminal a entregar el poder. De obligar la realización de una verdadera Asamblea Constituyente, con Unidad, Organización de la lucha y con la Razón y la Fuerza.
Las opiniones aquí vertidas son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no necesariamente representan el pensamiento de nuestra confederación.