Durante la pasada Asamblea Nacional Ordinaria realizada en Chillán los días 19 y 20 de abril, la secretaría de Mujer y Diversidad de nuestro gremio, a cargo de la DN María Teresa Fuentes Gahona, presentó el Manifiesto sobre Género, Feminismos, Mujer, Inclusión y Paridad, documento emanado desde la tercera jornada de Mujer y Diversidad realizada en el hospital Carlos Van Buren de Valparaíso, organizada por Fedeprus Valparaíso – San Antonio y esta secretaría.
Dicho documento fue aprobado con algunas observaciones por la asamblea, las que deberán ser abordadas por el nuevo Directorio Nacional junto con la encargada entrante de esta secretaría, de manera de seguir avanzando hacia la reforma de nuestros estatutos con perspectiva de género.
MANIFIESTO
Ser mujer es sólo una parte del ser persona, es una construcción socio cultural y que por tanto se va
transformando en el tiempo. Género es un determinante social, nos entrega un lugar social que se
mueve en distintos planos históricos y desde ahí múltiples estereotipos, que son aquellas opiniones
generalizadas respecto de atributos o funciones sociales de un hombre o una mujer. Estas ideas
perpetúan las relaciones de poder y promueven la jerarquía, sin embargo podemos cambiar los
estereotipos de género, podemos correr las barreras de privilegios y propiciar condiciones de
igualdad para nuestras socias y socios y también para nuestro ejercicio sindical.
Desde esta perspectiva avanzamos en la desarticulación del orden social jerárquico y los
estereotipos ligados al ser femenino, toda vez que aquello limita la libertad y sus posibilidades.
Es tarea fundamental poner al centro de nuestro quehacer los principios de igualdad y equidad,
fundamentales para avanzar en la Inclusión en cada uno de los ámbitos de nuestras vidas y por
supuesto de nuestro quehacer sindical.
Relevamos y potenciamos la autoestima política, referente a tener poder sobre una misma y
disfrutarlo, tomando conciencia de nuestra historia y generando una forma de Resistencia frente a
un sistema que nos violenta. Porque lo personal también es político y la rabia de esta precarización
debe llamarnos a la movilización y a la organización colectiva y feminista.
Entendemos el feminismo como una tradición de reflexión, un movimiento social y político que
tiene como finalidad describir, explicar y proponer caminos de superación de las condiciones de
explotación, segregación, subordinación, discriminación, desigualdad, marginación, opresión,
exclusión y violencia que han experimentado las mujeres en las distintas sociedades y a lo largo de
la historia. Por tanto, luchamos contra todo sistema patriarcal y su ejercicio desde lo institucional o
personal y no contra un género. Desde este feminismo político luchamos contra la precarización de
la vida, contra un sistema que nos violenta día a día.
Acuñamos la Sororidad, que alude a la relación de solidaridad entre mujeres, analogándolo a la
fraternidad y extendiéndolo a todo nuestro entorno. Derribando los estilos de competencia que
generan la desarticulación de movimientos, mirándonos como una comunidad.
Desde este lugar, relevamos la importancia de observar nuestro quehacer desde la
Interseccionalidad, desde la interacción y el cruce que tienen las distintas discriminaciones y que
nos van impactando día a día como trabajadoras y trabajadores: el género, la identidad sexual, la
nacionalidad, el lugar que habita, la remuneración, la religión, etc.
Reconocemos el trabajo productivo (remunerado), pero también el reproductivo, centrado en
aquellas labores de cuidado aun adscritas en primacía a las mujeres, rol dual de la mayoría de
nuestras trabajadoras, considerando que en nuestro sector más del 75% somos mujeres generando
una tremenda sobrecarga laboral. Anhelamos avanzar en una transformación social donde se ponga
al centro la Corresponsabilidad del Cuidado, de quienes cuidan directamente y del Estado.
Desde la relevancia de la igualdad, la equidad y la representatividad, resulta importante avanzar
hacia la Paridad en el espacio sindical, toda vez que ello viene a garantizar los espacios de
representación y fomentar la inclusión, un proceso que deberá sin dudas ir disminuyendo
paulatinamente las resistencias para avanzar en las transformaciones internas que se requieren y
negociar el poder. Estamos convencidas de que la sola garantía de la cuota de género legal es
insuficiente, pues no podría ser menos que directamente proporcional a la representación sectorial
donde más del 75% son mujeres y para alcanzar aquello, además de las modificaciones
administrativas, requerirá de una institucionalidad que promueva las condiciones de equidad para
avanzar en aumentar la participación.
Hoy más que nunca la tarea de generar espacios de formación colectiva es fundamental, donde
todas y todos podamos ir co-construyendo un espacio sindical en el que se visibilicen estos
conceptos y principios de forma transversal en todas las acciones de nuestra Confederación y se
representen políticamente desde nuestro estatuto.
SECRETARÍA DE MUJER Y DIVERSIDAD
