Editorial: El TPP-11, una amenaza para la Salud como Derecho
Hace algunos días, el gobierno anunció la pronta reactivación de la discusión en el Senado sobre la ratificación del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP), conocido como TPP-11. Acuerdo comercial respecto del cual como CONFEDEPRUS nos hemos manifestado críticos desde un comienzo, en vista de sus alcances e implicancias en la vulneración de Derechos sociales de los habitantes del país, como la Salud, que fue y sigue siendo una de las demandas centrales de millones de chilenas y chilenos y que debe estar garantizada por el Estado en la nueva Constitución.
Los perjuicios para la población que conlleva la posible ratificación de este tratado son diversos, entre ellos la posibilidad de que la propiedad intelectual de los medicamentos esté protegida, lo cual impedirá la existencia de genéricos y bioequivalentes más baratos, facilitando el enriquecimiento de monopolios farmacéuticos, además de excluir derechos laborales como el de las vacaciones y el de pre y post natal y ser una amenaza a la reforma del sistema de pensiones, a la reforma tributaria y al proyecto de 40 horas, permitiendo a las transnacionales demandar al Estado si alguna ley o regulación ambiental afecta sus ganancias. Pero lo más grave es que el TPP no reconoce que la Constitución del país acoja los tratados de Derechos Humanos ni otros que en este ámbito haya suscrito Chile con anterioridad. En este escenario, el gobierno de turno insiste en que el Senado apruebe y ratifique dicho tratado, pero es contradictorio a su plan genérico, ya que, por ejemplo, a la vez que promueve cambios en lo que respecta a lo laboral, reactiva la discusión y ratifica su respeto a este tipo de tratados internacionales.
La eventual incorporación al TPP 11 afectará también a nuestros pueblos originarios, así como también los habitantes y trabajadores del campo, perturbando su forma de vida y aumentando el daño ambiental en sus territorios. ya que se busca la privatización de las semillas, obligando a éstos a comprarlas y no generarlas. Dicha situación abrirá la puerta para los procesos alimentación basado en transgénicos, provocando claramente una mayor contaminación en los terrenos y las personas. Por otro lado, perturbaría el desarrollo y fortalecimiento de las empresas públicas, ya que se consideraría como detrimento al capital extranjero.
Dentro del actual contexto post plebiscito constitucional, creemos que tratar de avanzar en este tratado puede ser interpretado como un intento por aprovechar políticamente el escenario para poner sobre la mesa una agenda empresarial que vaya en la dirección de afianzar el modelo neoliberal, que ha sido fuertemente cuestionado por una ciudadanía que demanda cambios profundos en temas que entran en conflicto con los intereses de algunos grupos de poder. Por eso, como CONFEDEPRUS hacemos un llamado al gobierno a escuchar a las organizaciones sociales y no ceder ante presiones de poderes económicos. Estos Tratados de Libre Comercio no pueden ser temas en los que el Congreso sea sólo un buzón de voz para aprobar de manera rápida lo que envíe el Ejecutivo, sin que la ciudadanía sepa o debata respecto de temas que la perjudican directamente.
Aprobar el TPP-11 es poner el país a disposición de empresas extranjeras en Salud y otros derechos. Por ello, como habitantes del país no debemos permitir que dicho acuerdo se concrete ya que claramente afectará a la gran mayoría y solo beneficiará los intereses financieros de unos pocos, impidiendo el desarrollo social que Chile requiere y que, a punta de movilización y agitación del Pueblo, ha expresado en las calles por tanto tiempo. No debemos aceptar que se legisle o discuta sobre estos temas antes de concretar una nueva Constitución para Chile.