EDITORIAL: No entregar recursos a la Salud Pública también es atentar contra la población
Hace unos días, un ataque armado contra funcionarios de un Cesfam de Ercilla dejó a un trabajador de la Salud Pública herido a bala, situación que no es nueva y que da cuenta de la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran quienes se desempeñan en la red asistencial, que son los y las que sostienen el sistema, cumpliendo un rol social fundamental al cuidar la salud y la vida del 80 % de la población que se atiende en él. Una labor fundamental para la vida de millones de chilenos y chilenas pero que, sin embargo, no cuenta con el cuidado de un estado subsidiario que no garantiza derechos humanos fundamentales como el trabajo decente o la salud de la población, entre varios más. Esto, sin considerar que el cuidado de la salud de las personas para que estudien y trabajen es un aporte al crecimiento económico y el desarrollo del país, por lo cual debiese ser un tema prioritario para autoridades que, sin embargo, lo han relegado.
“Atentar contra cualquier persona es condenable. Hacerlo además contra quienes cuidan a nuestra población es miserable. No hay ninguna justificación”, señaló el presidente Boric sobre este ataque. Palabras que, más allá de lo políticamente correcto, no se condicen con una realidad en la cual los trabajadores y trabajadoras de la Salud Pública han sido dejados de lado por decisiones que sistemáticamente han precarizado un sistema desmantelado durante décadas en beneficio del negocio de la salud privada, como quedó en evidencia luego del salvavidas entregado por el gobierno en beneficio de las isapres. Falta de recursos, recortes y anuncios de disminución del gasto público son señales claras al respecto, evidenciando con los hechos que las prioridades están puestas en el cuidado y preservación del modelo económico más que en el cuidado de la salud y vida de la población. De hecho y a pesar de lo relevante de su labor, el sector Salud presenta el segundo peor nivel de cumplimiento de compromisos presidenciales, según un estudio de Ciudadanía Inteligente. Una realidad que contrasta violentamente con la reciente encuesta CEP, que señala que es precisamente la Salud la segunda preocupación de los chilenos y chilenas, como demandas sociales que siguen vigentes y en espera de soluciones.
Como CONFEDEPRUS hemos señalado reiteradamente que los trabajadores y las trabajadoras de la Salud Pública deben volver a estar en la agenda del gobierno para avanzar hacia garantías de trabajo decente para todos y todas, pues es corresponsabilidad del Estado el cuidado de quienes cuidan la Salud de la población. La atención primaria de Salud es la primera línea del sistema público y ha sido abandonada, dejando a los funcionarios y funcionarias enfrentados a amenazas y agresiones debido a condiciones laborales precarias, mientras el Estado y los gobiernos incumplen compromisos en materia de seguridad y financiamiento para el equipo de Salud respecto de avanzar en condiciones de trabajo decente, como Carrera Funcionaria e incentivo al retiro permanente, que son demandas históricas y reivindicaciones urgentes para los trabajadores y trabajadoras de la Salud. Por ello, es necesario que el gobierno cumpla sus compromisos y dé un respaldo desde la perspectiva de seguridad y de mayores recursos para tener una salud que sea digna y oportuna, ya que teniendo bien a los funcionarios va a haber una mejor respuesta de salud, con los insumos necesarios para entregar una mejor respuesta y atención a la comunidad. Porque no entregar recursos a la Salud Pública también es atentar contra la población.